Pese a que residía en Estados Unidos nunca abandonó su amor y dedicación por la ciencia argentina. Fue investigador, profesor y, sobre todo, mentor de una nueva generación de científicos.

Alejandro Schijman y Enrique Mesri compartieron sus años de doctorado en el laboratorio de Mariano Levin en el INGEBI, y lo despide en este texto.

Me acabo de enterar del fallecimiento de Enrique Mesri, quien fuera primer becario de Mariano Levin en el INGEBI y con quien compartimos los inicios del grupo de Mariano y nuestros primeros años de tesis doctoral.

Nos habíamos conocido en la Facultad y nos hicimos amigos. Apenas Mariano volvió a la Argentina, Enrique empezó a trabajar en INGEBI y al año siguiente me planteó la posibilidad de empezar a trabajar en su Laboratorio, incluso antes de haberme recibido. El trabajo de tesis doctoral de Enrique proponía identificar antígenos de Trypanosoma cruzi que presentaran reactividad inmunológica en pacientes con cardiopatía chagásica crónica, y así fue… que con su primera biblioteca de expresión construida en el fago Lambda gT11, obtuvimos la serie de antígenos recombinantes JL…: nunca me olvido la sorpresa y la celebración cuando vimos aparecer algunas placas de lisis positivas al incubar la biblioteca con suero de un joven paciente, JL, que había fallecido de cardiopatía chagásica. (Ese fue mi primer resultado como aprendiz de Enrique y Mariano). Esto fue una razón más para salir a brindar al bar de la esquina (con aperitivo Gancia y aceitunas…) frente a INGEBI, actividad que se transformó en una especie de ritual (La Siembra, otro de los lugares que se fue con la pandemia).

De estos recombinantes, uno (JL5) dio inicio a la caracterización de las proteínas acídicas ribosomales P de T.cruzi, e inauguró una línea importante del laboratorio, en torno a la hipótesis del mimetismo molecular como mecanismo implicado en las lesiones de la cardiopatía chagásica crónica. Otro recombinante (JL7), aún hoy forma parte de kits comerciales, de diagnóstico rápido de la enfermedad de Chagas. La caracterización de estos antígenos formó parte de la tesis doctoral en Química de la UBA de Enrique.

Enrique viajó a los Estados Unidos donde realizó un postdoctorado en el National Cancer Institute, NIH bajo la dirección de Ira Pastan, especializándose en la problemática de la génesis tumoral mediada por herpes virus 8, causante del sarcoma de Kaposi, asociado a SIDA. Desarrolló una destacada trayectoria en el tema, trabajando en el Cornell Medical College de New York y posteriormente en la Universidad de Miami y el Sylvester Cancer Center en Florida.

También ha sido muy valorada su labor de gestión en Programas Internacionales de Cooperación Científica y Tecnológica para nuevas generaciones de científicos argentinos y en la conformación de un consorcio entre institutos del CONICET, la Universidad de Miami y la Fundación Huésped para el diagnóstico y tratamiento de neoplasias asociados al SIDA.

Creo que nos vimos por última vez en 2018, cuando recibió en Buenos Aires una distinción (TAEDA 2018) por sus aportes a la Ciencia y la Tecnologìa.

Hasta siempre querido Enrique, y gracias por todo.

Nota en Infobae